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DEL 10 AL 31 DE MARZO 2023
De L a V de 18:30 a 21:30 h





METRO
BURGOS

de Marco Mediavilla

Inauguración: viernes 10 de marzo a las 19.30h

 

METRO BURGOS
La ciudad de Burgos cada vez crece más rápido y se está quedando atrás en su sistema de transporte metropolitano. Los autobuses cada vez son más viejos, ineficientes, lentos y contaminantes. No hay flota suficiente, además de las interminables esperas hasta que pase un bus. El tráfico cada vez empeora más y los atascos en horas puntas son interminables. Así que: ¿Por qué no construimos un metro?

Metro Burgos es una curiosa e innovadora iniciativa de Marco Mediavilla, inspirada en los trabajos del italiano Massimo Vignelli y su Plano de Metro de Nueva York diseñado en 1970. Este plano, considerado por muchos una gran obra de arte y representante de la corriente del minimalismo, mezcla el diseño, la practicidad y la estética para obtener un maravilloso resultado.
Todo empezó con el plano de metro, pero el proyecto cada vez se ha ido expandiendo más: Estaciones, carteles, 8 líneas y más de 80 estaciones.

Así que: ¡Viajeros al tren! Próxima estación: Tangente!

Marco Mediavilla

De mí no puedo hablar mucho, la verdad. Todavía no he hecho nada importante en la vida. Solo puedo decir que tengo 14 años y vivo en Burgos, y que me fascina el arte moderno, la arquitectura y el minimalismo. Desde bien pequeño llevo dibujando de todo, sobre todo muchísimos planos y mapas. Es posible que de ahí venga lo del metro, eso nunca lo sabré.








Mirar no es saber

El humo es una estrategia de la mirada para ocultar desvelando lo que no puede ser dicho, pero también para desvelar el ocultamiento ritualizado de un invisible cuya simple contemplación fracturaría la capacidad misma de ver y con ella las lógicas de escritura del mundo. La proliferación de lo infinitesimal inasible transmuta el peso saturado de extrañeza del ser que está-en-el-mundo y lo aboca a la alienación, ceguera al fin, como un destino cerrado, imposible y familiar de lo incierto.

Lo que no puede ser visto es lo único que puede ser dicho, pues en la naturaleza de la visión está aprehender la distancia. Al mirar, el ojo sujeta, simplifica y se apresura, porque teme descubrir que el universo son nubes huidizas, borrón sin contorno, y que cierta opacidad indefinida es lo único que queda en el pozo en el que esperan las palabras mientras se intentan anudar a las imágenes. La visión es lo que no puede ser dicho, “el habla es guerra y locura ante la mirada”, apunta Blanchot, abriendo una hendidura en forma de palabra, en el espacio tranquilizador del ojo que cree saber la verdad porque resplandece evidente y engañosa bajo el reino de la luz: “Le dejo que haga el recuento de todas las palabras por las cuales se sugiere que, para decir la verdad, es necesario pensar según la medida del ojo”, dice también Blanchot.

En la desaparición del límite, del horizonte de lo posible, el ojo inabarcable se cierra sin cerrarse, como la pupila que mira el párpado caliente y detecta bajo la carne la luz. Es la proximidad de una boca al borde de la palabra, la respiración que procesa el humo y lo convierte en viaje y alimento, mientras que el ojo se topa con el silencio detrás del verbo que sustituye a la flecha. El juego abre el recorrido de las vísceras, nos devuelve al cuerpo con la esperanza ya derrotada de encontrar la sabiduría de aquellos que no necesitaban la exterioridad banal, infinita y abrupta del mundo para anticipar sus debilidades y surcos; se abre el cuerpo con el deseo de encontrarlo hueco, paseable, un interior externo que ilumine allí donde la palabra lacaniana no construya un inconsciente desmembrado. La ceguera exterior, pues, invoca la visión interior de las figuras míticas de Homero o Tiresias, pero también la mirada convertida en manos que palpan. En El amor es ciego de Boris Vian, la fantasía de una sociedad liberada de la visión, desata y revela un no-espacio libertino en el que descubrimos que es la mirada la que sostiene el orden moral, la que vigila y asegura el anclaje con unos hábitos de verdad. La distancia es sustituida por una proximidad jadeante en la que se atropellan y nos envuelven las imágenes residuales de un otro constituido ahora en la oscuridad, sin mirada.

Cuando la mano mediadora desaparece bajo el humo, lo hace ante la mirada, pero también ante el cuerpo, que queda como persistencia incómoda, un miembro fantasma que pica aunque ya no esté. Sin mano, la posibilidad de sentido se ensombrece y se encarna a la vez en una nada presentida en el reverso de los días. Perder el cuerpo, el mío y el tuyo, la mano, el rostro, podría significar perder además la humanidad, la capacidad de reconocer la fragilidad en los ojos del otro, su historia de carnes sucesivas derrotadas. Por eso las estrategias de visibilización son tan necesarias como peligrosas, porque la mirada que salva es la misma que perpetúa el orden de la injusticia. Por eso también los instrumentos represores que imparten justicias de toda índole niegan la mirada, horrorizados con la posibilidad de que el ser se asome al rostro. Por eso mismo evitamos la mirada directa a la miseria a la vez que la espiamos.

Mario Gutiérrez Cru y Sergio Cáceres nos venden humo, sí, y yo también. Son escrituras de humo que no dicen lo que se ve, porque la aparición del signo inciso supondría la pérdida de su infinito. Porque el humo es la envoltura perfecta -la piel exterior- de una nada contra la que agitamos nuestras banderas, arrojamos nuestros cuerpos a rituales convulsos y ordenados, erigimos los relatos con los que nos investimos, aunque seamos soberanos desnudos. Porque el humo es esa nada que hay detrás, diciéndose, manifestándose. No hay doblez, todo es pura exterioridad ocultada, plena intimidad desbordada en los límites de la palabra, aplanamiento de lo real que desfonda los límites del decir. De lo que no se puede hablar mejor es callarse, proponía Wittgenstein, pero quizás es mejor mirar, mirar lo que no podemos decir; aunque mirar no es saber o, mejor, es saber la nada, una extensión ágrafa que se extiende hasta los confines de lo visible que ya no se ve.




DEL 10 AL 31 DE MARZO 2023
De L a V de 18:30 a 21:30 h





CORTINA DE HUMO
de Mario Gutiérrez Cru


Inauguración: viernes 10 de marzo a las 19.30h


Videoinstalación de 3 canales y sonido 5.1
Año: 2020
Comisario: Arturo Moya, director del festival EX 
Creación sonora: Sergio Cáceres
Duración: 84:33
Foto fija: Eduardo Huelin, Fernando Baena y Mario Gutiérrez Cru


Francis Alÿs aludía al carácter que lo poético puede tener de político y viceversa. El proyecto que se presenta en el Espacio Tangente de Burgos se centra en dos piezas, una videoinstalación multicanal y una pieza interactiva que investigan conceptos relacionados con la revolución, la memoria y el vacío. 
El proyecto parte de una investigación de campo, un proyecto de colaboración con varios colectivos profesionales: científicos, bomberos, técnicos del audiovisual, psiquiatras, ciegos, personas aisladas… para la correcta realización de una obra con el humo como material metafórico y real para su percepción sensorial (visual, sonora, olfativa…), de ello se han realizado varias entrevistas. 
Este proceso fue iniciado en Atenas durante la Documenta de 2017. La idea era sencilla, consistía en una intervención con humo por un tiempo muy breve, como el tiempo de la mayoría de los movimientos revolucionarios, aunque su memoria permanece en las personas, los objetos y la documentación que genera. Las primeras acciones fueron realizadas con humo blanco y conseguían crear la ilusión de hacer desaparecer y convirtiendo en lo que quizás debería ser un espacio de arte: un espacio de contienda. 

La propuesta consistía en una sucesión de acciones similares, con el fin de generar una ceguera momentánea. Estas acciones fueron documentadas para crear la sensación de adentrarse y compartir un estado de vigilia, de introspección. Cuando acabaron, la única impronta fue la fílmica, así como los cercos del impacto de la pólvora y el olor.

La pieza Tabacalera parte de varios conceptos con los que el artista lleva tiempo investigando como son: “humo”, “cortina de humo”, “vender humo”, “memoria”, “vacío” o “revolución” para adentrarse en ese estado de ceguera, de invisibilidad que permite ciertos movimientos sin ser percibidos, trabajar con los límites de la legalidad o más bien con la alegalidad, en ese vacío en donde es posible alterar este mundo en el que nos situamos mediante una transformación, un empoderamiento social o una pequeña revolución personal. Interactuar, cambiar nuestro presente,  partiendo de nuestra memoria reciente. 

El proyecto investiga los espacios en desuso de nuestra sociedad, en este caso la antigua Tabacalera de Madrid. Y nos posibilita, por lo menos durante un tiempo, totalmente efímero, poder activarla, llenarla de nuevo de vida, aunque sea una vida de aire, donde agua en evaporación, gases, humos y partículas en suspensión invaden cada uno de los rincones abandonados de esta sociedad, los desperdicios de un tiempo en constante cambio. Cortina de Humo es casi un susurro, una respiración, una conversación pasada, oscura que es casi mejor olvidar, que no tiene principio, ni menos final, que se intenta levantar como cenizas y como tales termina siempre ahogada en su propia imposibilidad.
Se trata de una obra en proceso deMario Gutiérrez Cru perteneciente a otro proyecto mayor - el estado de la nación- en que se han realizado varias piezas que planteaban cuestionamientos del papel del individuo en la sociedad y de la autoridad política, judicial, estatal como único órgano de poder. Mediante instalaciones, intervenciones, acciones, videoinstalaciones... todas ellas creadas casi site specific para los lugares que acogían la pieza (galerías, espacios independientes, festivales y espacios en desuso). 


Cuenta con una creación sonora especial realizada en 5.1 por el artista Sergio Cáceres con el apoyo de CIGARRERASDOC que nos prestaron las voces de sus trabajadoras de la Tabacalera de Madrid.

Gracias a Mar Diago, Blanca Regina y a Arturo Moya de EX por el asesoramiento técnico. A la plataforma de imagen en movimiento PROYECTOR. Y un agradecimiento también a Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura, a Begoña Torres y a Guillermo González.


Mario Gutiérrez Cru


El arte siempre debería estar al margen, quizás de casi todo. Del mercado por supuesto. El arte también debería estar al margen de lo correcto, de lo que se debe decir, de lo que se quiere ver, de lo que nos obligan a hacer. El arte debe, por supuesto, estar fuera de los cánones de lo permitido, en ese margen de la libertad que sólo se puede justificar porque lo hace un artista, si no estaría penalizado. Somos, o éramos, antes de la ley mordaza, los que sabíamos jugar entre barreras, cabalgando rápido en terrenos escurridizos donde lo fuera de la norma, lo “alegal” es quizás los que más nos define, a punto de ser encarcelados, de tener que salir del país simplemente por decir o poner sobre el tablero de juego las cartas que no se quieren ver, con los invitados que más que jugadores son infiltrados, y donde el riesgo de caída siempre es elevado y está en incremento.








VIERNES 31 DE MARZO 2023
20.00 H / ENTRADA LIBRE HASTA COMPLETAR AFORO



SESIÓN SONORA CLAUSURA EXPOSICIÓN CORTINA DE HUMO



L.A.R. QUICIOS



Del ambient al noise, un amplio abanico sonoro en el que se mueven las improvisaciones del productor madrileño L.A.R.Quicios. Sirviéndose de sintes analógicos, sin pregrabados, se mueven con libertad de un extremo al otro, mezclándose y evolucionando, jugando siempre con la imprevisibilidad de la generación analógica del sonido. Buscando sensaciones que vayan más allá de la escucha, reacciones anímicas o físicas que el sonido puede llegar a provocar en el oyente.

En esta ocasión hará una improvisación de 84 minutos sobre la pieza Cortina de Humo de Mario Gutiérrez Cru, cerrando la muestra individual de este artista.

> https://larquicios.bandcamp.com/
> https://vimeo.com/759209950

 




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